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¿Cómo transformar tu jardín en un espacio armónico?

Rediseñar tus espacios verdes no es solo una cuestión estética. Es también una forma de equilibrar energía, funcionalidad y naturaleza. Descubrí cómo lograrlo.

Un jardín puede ser mucho más que un lugar con plantas. Puede convertirse en un refugio personal, un rincón de contemplación, o el punto focal de un hogar, oficina, local o espacio de trabajo. Para transformar un jardín en un espacio realmente armónico, es clave considerar tanto la elección de los elementos vegetales como su disposición, el entorno y la energía del lugar.

  1. Diseño consciente: pensar el espacio como un todo

Antes de plantar, es importante observar. ¿Qué tipo de suelo tenés? ¿Cómo entra la luz durante el día? ¿Hay árboles existentes que conviene conservar? A partir de esa lectura del entorno, se puede comenzar a planificar un diseño que respete el equilibrio natural.

La armonía se construye desde lo funcional y lo estético. Los senderos, canteros, fuentes de agua o sectores de descanso deben integrarse con fluidez en el entorno, sin sobrecargar ni saturar el espacio.

2. Diseño consciente: pensar el espacio como un todo

Cada especie tiene sus necesidades y su carácter. Algunas plantas aportan frescura visual, otras perfumes, otras texturas o color. Combinar variedades que funcionen bien juntas, según el clima, el suelo y el mantenimiento requerido, es fundamental para que el jardín se mantenga saludable y armónico con el tiempo.

Es recomendable pensar en:

  • Plantas estructurales (como arbustos o árboles pequeños).
  • Plantas de flor o de estación, que dan color y movimiento.
  • Cubresuelos o tapizantes, ideales para unir visualmente sectores.
  • Aromáticas o de uso culinario, que suman valor y funcionalidad.

3. Agua como centro: incluir fuentes o espejos de agua

El agua aporta frescura, movimiento y sonido. Una fuente, un espejo de agua o incluso un sistema de riego por goteo bien integrado pueden ser claves para equilibrar el espacio.

En jardines inspirados en principios zen, por ejemplo, el agua cumple un rol simbólico y sensorial. Elegir la ubicación adecuada y el tipo de fuente (tsukubai, de piedra, contemporánea) puede potenciar la armonía del lugar.

4. Radiestesia: energía invisible, impacto real

La radiestesia permite detectar líneas de energía (como Hartmann o Curry) y corrientes subterráneas de agua que pueden influir en el equilibrio de un espacio. Identificar estas zonas antes de colocar elementos clave del jardín —como un banco de descanso, una fuente o un árbol importante— ayuda a potenciar el bienestar.

Además, mediante herramientas radiestésicas, se pueden armonizar lugares con energías alteradas, devolviendo al jardín su equilibrio natural.

5. Armonía es también mantenimiento 

Un jardín armónico también necesita atención. El mantenimiento consciente (riegos adecuados, podas, fertilización, control natural de plagas) no solo mantiene el diseño, sino que fortalece el vínculo con el espacio.

Un jardín bien cuidado transmite vida y salud, potenciando sus beneficios para quienes lo habitan.

Desde Creating and Improving Garden diseñamos espacios verdes personalizados en CABA y Zona Norte. Sumá naturaleza, equilibrio y belleza a tu hogar o espacios de trabajo.